Tratamiento con PPG, medicamento cubano derivado de la cana de azucar, se esta logrando recuperar pacientes con ictus esquemico en Cuba.
Neurólogo y científico por vocación
«Nada material recompensa la satisfacción de salvar una vida como recibir el agradecimiento de una mamá o la sonrisa de un paciente que vuelve a mover sus manos»
Recibió el Premio Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba, por su investigación sobre el uso del Ateromixol en pacientes con ictus isquémico.Foto:Cortesía del entrevistado
Entre sus principales investigaciones, resalta el estudio realizado hace más de una década sobre el efecto del PPG o Ateromixol, en la recuperación de pacientes con ictus isquémico, que le valió obtener el grado científico de Doctor en Ciencias en 2015 y, posteriormente, el Premio Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba.
«"Con el empleo oral en dosis de 20 miligramos de ese medicamento cubano, obtenido en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC), a partir de la cera de la caña de azúcar para tratar el colesterol elevado en sangre, combinado con la aspirina de 125 mg, logramos revertir el déficit neurológico en no pocos casos, y lo más significativo, prevenir la recurrencia de nuevos eventos severos,"
Sin influencias familiares que lo justificaran, el doctor en Ciencias Médicas Javier Vicente Sánchez López mostró, desde temprana edad, una inusual curiosidad por saber cómo funcionaba el cuerpo humano.
«Apenas tenía cinco años de edad y, según contaba mi mamá, cuando me preguntaban qué quería ser de grande, siempre repetía hasta el cansancio que médico, para curar a las personas y hacer el bien.
«De mis padres y mi abuela materna recibí una educación forjada en el respeto, la honradez, la humildad, la solidaridad con el prójimo, la fe y otros principios éticos, que influyeron en comprender que mi camino en la vida, era la Medicina».
Luego de terminar la enseñanza preuniversitaria, el joven nacido en la capitalina barriada de Puentes Grandes, el 23 de noviembre de 1969, matriculó la carrera en el entonces Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana Victoria de Girón.
«Empecé en septiembre de 1987, y al año siguiente realicé las primeras prácticas clínicas en la Facultad de Medicina del Hospital Manuel Fajardo. Allí quedé definitivamente atrapado por la labor asistencial y el caudal de conocimientos transmitidos por su magnífico colectivo de profesores».
El Título de Oro y mejor graduado en la docencia y en las investigaciones científicas, correspondiente al curso 1993, gracias a su excepcional rendimiento académico, le permitieron acceder a la especialidad de Neurología por vía directa.
Según detalló a Granma, tuvo la oportunidad de realizar los tres años de la residencia en el Instituto de Neurología y Neurocirugía (INN), bajo la guía de su director, el doctor Santiago Luis.
«La terminé en 1996, pero el profesor Santiago me pidió formarme como neurointensivista. Se había previsto abrir en unos meses la Unidad de Cuidados Intensivos (uci), y quería que asumiera yo la dirección de ese nuevo servicio.
«Pasé un año de adiestramiento en terapia intensiva, en el hospital Hermanos Ameijeiras, en la sala del quinto piso, con el profesor Armando Pardo, una de las autoridades médicas del país más reconocidas en esa temática.
Esa pasantía complementó su formación como neurólogo, pues le proporcionó los conocimientos y la preparación requerida para atender cualquier tipo de urgencia grave de la especialidad.
Una vez inaugurada la uci del INN, la dirigió y permaneció trabajando en ella, hasta 2022. Más allá de su plena consagración y entrega a la asistencia médica y a la docencia (es Profesor Titular de la hoy Universidad de Ciencias Médicas de La Habana), el doctor Javier Sánchez dedica buena parte de su quehacer profesional a la investigación, y preside desde hace varios años la Comisión nacional de enfermedades cerebrovasculares.
En el escaso tiempo libre que puede tener, gusta de compartir con la familia, en particular con sus dos hijos varones, leer un buen libro, pero nunca deja de estudiar, ni de actualizarse sobre las novedades científicas.
ICTUS EN LA MIRILLA
Especialista de ii grado en Neurología y en Cuidados Intensivos y Emergencias Médicas, el doctor López Sánchez concede suma importancia al conocimiento del ictus, la más devastadora e invalidante de las enfermedades cerebrovasculares que, como promedio afecta a unos 17 millones de personas en el mundo cada año, de las cuales fallecen alrededor de seis millones.
«Representa la primera causa de discapacidad en el adulto, la segunda de demencia en personas de edad media y avanzada, figura entre las tres primeras de mortalidad por cualquier enfermedad, y su incidencia crece de manera muy rápida en las últimas décadas a nivel internacional, con una marcada tendencia a ocurrir en individuos por debajo de los 50 años.
«El término ictus viene del latín y se manifiesta en el daño tisular de un área del cerebro ocasionado por la súbita interrupción del flujo sanguíneo, condición que al privar de oxígeno la zona afectada, provoca déficits en las funciones neurológicas. Tiene dos formas de aparecer: el isquémico, llamado también infarto cerebral, que, provocado por un trombo, es el más frecuente, y el hemorrágico».
Entre sus principales investigaciones, resalta el estudio realizado hace más de una década sobre el efecto del PPG o Ateromixol, en la recuperación de pacientes con ictus isquémico, que le valió obtener el grado científico de Doctor en Ciencias en 2015 y, posteriormente, el Premio Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba.
«Con el empleo oral en dosis de 20 miligramos de ese medicamento cubano, obtenido en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC), a partir de la cera de la caña de azúcar para tratar el colesterol elevado en sangre, combinado con la aspirina de 125 mg, logramos revertir el déficit neurológico en no pocos casos, y lo más significativo, prevenir la recurrencia de nuevos eventos severos, mejorando la discapacidad a diferentes plazos».
Puntualizó que, en semanas recientes, terminó una nueva investigación relacionada con el uso del Ateromixol en el deterioro cognitivo causado por enfermedad cerebrovascular, en una muestra de cien pacientes, cuyos resultados preliminares son promisorios y deben publicarse en una fecha cercana al próximo aniversario 60, de la fundación del CNIC.
Otras dolencias como el Parkinson, el Alzheimer y las demencias de origen vascular, forman parte del amplio abanico de proyectos investigativos asumidos por el doctor Javier Sánchez, en sus tres décadas de trayectoria profesional.
Sumamente sagaz a la hora de escudriñar en la compleja sintomatología clínica que distingue las enfermedades cerebrovasculares, el avezado neurólogo expresó que la Medicina es un sacerdocio, que se practica con altruismo y sensibilidad.
«Nada material recompensa la satisfacción de salvar una vida como recibir el agradecimiento de una mamá o la sonrisa de un paciente que vuelve a mover sus manos. Mi carrera me concedió ese inmenso
1 day ago · Neurólogo y científico por vocación «Nada material recompensa la satisfacción de salvar una vida como recibir el agradecimiento de una mamá o la sonrisa de un paciente que …
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