Especialmente impresionante es la tasa de matrimonios de Hungría. Ese es un fuerte predictor de la fertilidad futura.
El apoyo familiar de Hungría puede ser más eficaz porque es directo: las parejas que tienen o se comprometen a tener hijos tienen derecho a una subvención de 10 millones de florines, unos 25.000 dólares estadounidenses, lo que equivale a cinco años de salario mínimo. Las parejas con tres o más hijos prácticamente no pagan impuestos.
Y los subsidios están dirigidos a parejas casadas, lo que ayuda a explicar por qué Hungría tiene la tasa de matrimonios más alta del mundo industrializado. Las parejas casadas tienen más probabilidades de tener muchos hijos que los padres solteros. El enfoque de Hungría puede tener éxito porque no se trata sólo de una política de fertilidad, sino también de una política familiar.
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