Nefrologi di Kuba. Bagaimana mereka merawat pasien di Kuba di mana sistem kesehatannya gratis dan universal.
CAMAGÜEY.- La psiconefrología hace referencia a la psicología aplicada a la nefrología, es decir, a problemas psicológicos que pueden presentar las personas con diagnóstico de enfermedad renal y, de manera particular, aquellas que se encuentran en tratamiento sustitutivo de la función renal, dígase diálisis, hemodiálisis o en los que son candidatos a recibir un trasplante de riñón. Es una visión bio-psico-social integrada de la persona.
La alusión al tema estuvo a cargo de Daysi Varona López, Licenciada en Psicología, MS. c. en Psicología Clínica, y psicóloga del servicio de Coordinación y Trasplante de Órganos del hospital universitario Manuel Ascunce Domenech, de esta ciudad
—¿Cuál es la primera reacción del paciente?
—Hay dos momentos significativos desde el punto de vista psicológico. El primero sería ante el diagnóstico de padecer una enfermedad renal, por eso haremos referencia a qué sucede antes de llegar al tratamiento dialítico y, en un segundo momento, a la etapa de insuficiencia renal crónica o etapa cinco, que es cuando el enfermo necesita de un proceder sustitutivo vital y, a la vez, un tratamiento inusual.
"Y es así porque no es lo que conocemos como tratamiento de manera normal, basado en medicamentos orales o inyectables, ni siquiera si lo comparamos con los aplicados a quienes padecen de cáncer y reciben los sueros; tampoco es una intervención quirúrgica, sino que es un tratamiento típico y exclusivo de este padecimiento, y es el dialítico: mediante la diálisis o la hemodiálisis, que son procederes diferentes.
"Esto pone al enfermo en una situación peculiar e igual por las características de la enfermedad. La dolencia en sí trae limitaciones y el tratamiento también porque son acompañados de dificultades físicas, psicológicas, y desde el punto de vista social".
—¿Por qué se requiere de la intervención del psicólogo?
—Antes de llegar al tratamiento dialítico el paciente refiere malestares físicos y desconoce el comportamiento de su enfermedad y son atendidos por su médico, es algo nuevo para él, lo que genera incertidumbre, la cual está asociada a la evolución y hay una exigencia de cuidados que involucra la dieta que es muy rigurosa y a la propia familia. Se perciben cambios en los hábitos cotidianos, su estilo de vida ya no será el mismo y no podemos olvidar el miedo porque se depende de tecnología y en el caso de la hemodiálisis de manera específica el individuo va a depender de una máquina y de sus implicaciones.
"Lo primero es que se enfrenta a la pérdida de la función renal, esto ocurre en esa etapa en que el paciente llega al tratamiento dialítico y, sin dudas, el papel del psicólogo es muy importante. Pensemos en qué significa para el enfermo el que un órgano de su cuerpo deje de funcionar, esa sería la etapa cinco y es irreversible. En estos casos el paciente dependerá de otros, dígase médicos, personal de enfermería, la familia que le ofrece el acompañamiento y apoyo, y de la tecnología que le permitirá sobrevivir.
"Otro aspecto a tener en cuenta para esta adaptación es el propio tratamiento y su implicación porque radica en días alternos tres veces por semana y entre tres a cuatro horas cada sesión, lo cual afecta a quienes estudian o trabajan, sumado a los propios riesgos porque es un proceder instrumentado.
"Por todo esto a veces se desvinculan del estudio o del trabajo, según el caso, y otro aspecto a tener en cuenta es la reorganización familiar porque quizá era el cabeza de familia, el que más aportaba desde el punto de vista económico y se dedicaba a satisfacer determinadas necesidades en su hogar y se ve limitado.
"Esa persona tiene que hacer una restructuración en su vida social porque la enfermedad y el tratamiento puede ocasionarle fatigas, falta de ánimo y desmotivación, pierde el vínculo social con amistades".
—¿Cuándo es oportuna la intervención del psicólogo?
—Desde la etapa temprana de la enfermedad es necesaria la preparación psicológica, de manera que se va acondicionando al paciente para lo que puede sucederle, incluso, desde antes de la etapa dialítica, pues ese enfermo asiste a su consulta de nefrología.
—¿ Siempre sería en la atención secundaria, o sea, en el hospital?
—El servicio de nefrología está cubierto desde la atención primaria de salud a la terciaria. El especialista en nefrología consulta en su área de salud y se supone que el paciente puede ser atendido por el psicólogo de su área antes de llegar a tratamiento dialítico y es lo ideal.
—Por lo general, ¿cómo este enfermo acoge la atención del psicólogo?
—Con agrado porque resulta muy necesaria. Son muchos los cambios que van sufriendo y requiere de ajustes. La psicología le ofrece ese soporte emocional. El paciente aprende de su enfermedad.
—Se refería a cambios en la vida de estas personas, ¿Puede especificar algunos?
—Son importantes, son cambios catalogados como pérdidas, pues se pierde el bienestar físico, psicológico y social y los reajustes son imprescindibles. Es una enfermedad multisistémica que no solo afecta los riñones, sino que trae esos cambios y pérdidas en todo el organismo humano. Evidencia la vulnerabilidad.
"Encontramos la pérdida de la salud, es lo primero, de ahí también del control de su vida, deja de ser independiente, se transforma su la imagen corporal porque pierde peso, y la coloración de la piel es otra, su aliento es diferente debido a las toxinas, se enfrenta a la necesidad de una fístula, a través de la cual recibe la hemodiálisis y le trae deformidad en el brazo, reitero el cambio del rol en la familia, la situación económica, sin olvidar la capacidad sexual que se ve afectada.
"Estos eventos vitales llevan al afectado a un tratamiento que lo obliga a interrogarse acerca del sentido de su vida porque debe configurarlo de una manera diferente y nuestro papel es ayudarlo; sin embargo, el candidato a ser trasplantado tiene una esperanza y, si se logra, puede reinsertarse a su vida social".
—¿Cuáles serían los signos de que algo en la psiquis de ellos no anda bien?
—La inseguridad, la angustia. la indefensión, la desesperanza, la frustración, la tristeza...
—Puede que se pregunte, ¿Por qué a mí?
—Esa es una interrogante recurrente en los enfermos, no tanto en los primeros momentos, pero sí en esa etapa cinco que se cuestionan: ¿Qué pude hacer y no hice para evitar el llegar a esta etapa?
—¿Cómo pueden valorarse los tiempos de diálisis, hemodiálisis y de trasplante?
—Como situaciones extremas con posibilidad de fallecer porque ese órgano dejó de funcionar.
—¿Puede negarse el enfermo a recibir tratamiento dialítico?
—Por supuesto, es su derecho, se respeta esa decisión, pero no lo abandonamos, nos mantenemos en escucha activa, a pesar de que le hacemos saber de su beneficio. En ocasiones surge como una enfermedad silenciosa y llega a la atención médica cuando ya está en etapa terminal, así cuesta más trabajo que acepte esa alternativa, aunque sea la única.
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