CAMAGÜEY.- Si una mujer en edad fértil y con idea de ser procrear necesita una consulta médica orientadora y esclarecedora, es precisamente acerca de todo lo relacionado con la lactancia materna. Ella debe prepararse psíquica y físicamente para enfrentar este acto de vida, sí, de vida y de bienestar.
Cada año, del 1ro. al 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de Lactancia Materna y sería imperdonable pasar por alto un tema tan llevado y traído, lleno de mitos y realidades, y de mucho amor, pretexto más que suficiente que nos hizo llegar hasta el Dr. Rafael Hidalgo Morales, especialista en Neonatología del hospital materno infantil Ana Betancourt, de esta ciudad.
El también Profesor Instructor, jefe de ese servicio allí y del grupo provincial de la especialidad, calificó a la leche humana como: “El fluido natural más importante para un ser que comienza a vivir”.
Cada bebé nace en condiciones diversas, y con una madurez diferente; unos de manera normal y otros que por problemas fisiológicos presentan inmadurez y esa leche está adaptada o diseñada, para el estado del hijo.
—¿Cómo influye la leche natural en el niño?
—Los principales sistemas involucrados con la supervivencia en sus inicios de vida fuera del claustro materno, incluyen el aparato digestivo y esa siempre es tolerada; también el sistema inmunológico, de ahí que se diga es la primera vacuna que recibe, pues contiene los elementos que protegen y favorecen su desarrollo y lo prepara a la hora de enfrentar las adversidades del mundo exterior, por supuesto, si tenemos en cuenta el claustro materno y lo protegido que él estaba dentro.
“El sistema renal transita por una serie de etapas de adaptación relacionadas con la cantidad de líquidos requeridos de acuerdo con su etapa; favorece el buen desarrollo del sistema nervioso central, no hay otro fluido capaz de garantizar todo esto de manera integral. Hay una serie de elementos tróficos dentro de la leche que desempeñan todas estas funciones.
“Por ejemplo, en un feto de 28 semanas su promedio de peso es de unos mil gramos; sin embargo, desde entonces hasta las 40 semanas hay algunos que llegan con un peso de 3 500 o 4 000 gramos, fíjese cuánto crece y para mantener ese ritmo extrauterinamente hay que acudir a la lactancia materna, de lo contrario las sustitutivas llegan hasta un punto y surgen otros problemas.
“Su importancia radica desde el momento del nacimiento, de manera exclusiva hasta los seis meses, y combinada hasta los dos años”.
—Si la madre es trabajadora y al año del parto tiene que incorporarse al trabajo, ¿qué hacer?
—En la mayoría de los centros laborales dan las facilidades y propician el tiempo con esa finalidad y si no es así pueden extraérsela y dejarla bien protegida, refrigerada, eso sí, no congelada porque estará apta durante 24 horas, y la persona encargada de cuidar los bebés se encargaría de garantizar la alimentación. En Cuba la seguridad social ampara a las trabajadoras recién paridas durante un año.
—¿Qué enfermedades le evitaría al niño?
—Lo primero sería el trastorno digestivo, le evade la no tolerancia a otras leches que lo llevan a la desnutrición y se presenta en los primeros seis meses de vida. Eso es evitable.
“Tampoco tendría alergia por su consumo, no hay evidencias científicas que justifiquen retirarle a un bebé la leche de su madre porque le haga rechazo por alergia, y dentro de la etapa neonatal puede llegar a las enfermedades diarreicas agudas de no ingerirla, o sea, también son evitables; las infecciones respiratorias lo mismo y si se le presenta el período es más corto y con menos agresividad”.
—Volvamos al término de que es la primera vacuna. Hay algunas que al ser inoculadas propician rechazo o alergias, en este caso, ¿qué ocurre?
—Cero rechazo, así de simple, aquí no hay riesgo y la protección inmunológica es del ciento por ciento.
—Y desde el punto de vista afectivo…
—Ese binomio madre-hijo es impresionante, ese vínculo afectivo lo vivimos aquí a diario. Observamos a niñitos enfermos que solo de escuchar u oler a sus mamás cambian tremendamente y para bien, parece increíble, pero es así. “Desde el parto se le coloca el bebé de inmediato en el seno y enseguida uno percibe cómo favorece ese estímulo psíquico y físico, ese contacto es vital, ella hace las veces de incubadora, le traslada el calor e impide que él lo pierda, le evita la hipotermia, lo protege de ese cambio brutal al salir del claustro materno, le favorece la succión del pezón desencadenante de un estímulo que va al sistema nervioso central para la descarga de hormona y la secreción láctea.
“Los estudios afectivos no son iguales entre quien lactó a su hijo y otra que no lo hizo; en el primer caso es muy favorable por encima del segundo, y ese vínculo es importantísimo de por vida”.
—Se dice que los amamantados tienden a ser menos agresivos, más estables…
—Obvio, al favorecer el sistema nervioso central incluye el nivel intelectual, cognoscitivo. Les hablan con dulzura a sus niños cuando están en ese acto tan especial, eso les desarrolla, además, el modo de articulación.
—Y a la mujer, ¿en qué le beneficia lactar?
—Entre otras cosas estimula la producción de hormonas relacionadas con que el útero regrese a su lugar después del parto, evita las hemorragias, las atonías uterinas.
“Las estadísticas recogen menor incidencia de cáncer de mama o cérvico-uterino, por ejemplo, en aquellas que lactaron”.
—En este hospital se cuenta con un banco de leche humana, el octavo del país, y que usted dirige desde agosto pasado y en pleno funcionamiento a partir de enero de este año cuando garantizaron el proceso de control de la calidad y otras acciones, ¿cómo opera este engranaje?
—Favorece a infantes que no pueden ser lactados de manera directa por sus madres por diversas razones y muy justificadas. Hay casos que se les extrae la leche a esas y si presenten algún impedimento utilizamos de otras donantes.
—¿Tienen alguna evidencia en apenas siete meses de su funcionamiento?
—Sí. No encontramos intolerancia, ni enfermedades digestivas graves como la enterocolitis en prematuros, esas han desaparecido, y el aumento de peso es más rápido. Antes para alcanzar su peso demoraban más de tres semanas y hoy en unos 15 días ya están recuperándolo, tanto el peso como el crecimiento, por lo tanto la estadía hospitalaria disminuye.
—¿Qué le faltaría a este banco de leche para ser óptimo?
—Queda el tener un número telefónico y evacuar las inquietudes de las recién paridas, ellas tienen muchas dudas acerca de medicamentos que toman, si están enfermas, en fin, y podemos aconsejarlas por esa vía. Hasta el color de la leche les preocupa, es normal, máxime si son primerizas.
—En ocasiones oímos que el niño no aumenta de peso lo esperado con esta alimentación y le sugieren otra artificial o alimentos antes de tiempo, en esos casos, ¿qué hacen ustedes?
—Es importante que consulten, aquí podemos estudiarle y analizarle la leche y orientarla acerca de qué le falta, sabemos si es carbohidrato, proteína, y así se le orienta la dieta y qué necesita realmente a la hora de mejorar esa alimentación. Ese proceder se hace muy rápido. No todas producen el mismo tipo de leche y hay límites que pueden variar. Las diabéticas, las hipertensas…, tienen que ser orientadas por los especialistas y modificar sus hábitos. Así ese binomio madre-hijo funcionará mejor.
—Otras refieren que no tienen suficiente. Si los animales no se quejan, ¿qué sucede con los humanos?
—Es muy raro que esto suceda, la familia tiene que prepararse psicológicamente para enfrentar esa etapa de la vida tan importante, él no llora siempre por hambre, ni por cólicos, son mitos. Hay que garantizar las generaciones futuras.
—Si la madre recibe antibióticos luego del parto, ¿puede afectar a su hijo mediante su leche?
—En lo absoluto. No están contraindicados, ese es otro mito.
—¿Escapamos a criterios estéticos?
—No. Aunque sí de otros obstáculos; aquí el Estado y el Ministerio de Salud Pública se encargan de proporcionar hasta los detalles para que las familias conozcan los beneficios y perjuicios de llevar a vías de hecho o no esta práctica. No tenemos firmas comercializadoras que apuesten por la artificial, ni que paguen servicios de salud mediante los cuales sacar beneficios, lo que sí sucede en otros países.
—¿Si pudiéramos ilustrar estos resultados con indicadores?
—Esta sala de neonatología es la que aporta los niños con más dificultades, e incluso, los fallecidos porque son los nacidos con bajo peso o antes de la fecha indicada, y la tasa de mortalidad infantil es de 0,9 fallecidos por cada mil nacidos vivos en lo que va del 2016.
—¿Qué no se utiliza en este hospital?
—El biberón.
Esta determinación no es por gusto como tampoco lo es que la Semana… mantenga como lema: Lactancia Materna: clave para el desarrollo sostenible.
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