Sergio Piloña, especialista en Primer y Segundo Grado de Neonatología, máster en Atención Integral al Niño.
Sobre la atención a los recién nacidos dijo: “Realmente la especialidad de Neonatología es extremadamente difícil porque tiene que enfrentarse a múltiples complejos, entre ellos, al binomio madre e hijo.
“Muchas veces hay niños que vienen con dificultades que arrastran como consecuencia de problemas que haya tenido la madre, como hipertensión, malnutrición o enfermedades de otra índole. Ello desencadena en prematuridad.
Tratar un prematuro es un arte, por eso digo que ser neonatólogo es ser un artista, porque va puliendo cada día a un recién nacido que viene con determinados problemas y a los cuales tú tienes que darle atención.
“Los bebés no son inmunológicamente mal, la inmunología de ellos depende muchas veces de la madre, de lo que le pasa a ella y de la leche materna que es el oro blanco. Mientras más pecho reciba ese recién nacido, menos riesgo de enfermedades tendrá.
“No siempre se ve la grandeza de la Neonatología, y aquí se hacen cosas maravillosas. En la actualidad tenemos una tasa de mortalidad de 1.4, y a pesar de las carencias desde el punto de vista material, siempre está la mano y el corazón de las personas, de los neonatólogos que están en los servicios, que aman la profesión y tratan de darle a las familias pinareñas lo mejor de sí, para que esta mujer, por ejemplo, este jueves se vaya de alta con su hijo en brazos”.
Su deseo es que 2025 venga cargado de salud y prosperidad y “sobre todo de paz, no la paz de los sepulcros, sino que la gente sea capaz de vivir en paz con lo que tiene, que sea capaz de comportarse y dejar a un lado los odios viscerales. Cada persona tiene que ser humano, sacar lo mejor de sí. Siempre les digo a mis alumnos que tienen que ser médicos de ciencia y con conciencia social”.
Sergio Piloña asegura que los resultados de este servicio, de la sala Piel con Piel, y de cada madre que se marcha feliz del hospital, acompañada de su bebé, son logros del trabajo colectivo del servicio de Neonatología del hospital Abel Santamaría.
“Ese es el legado del trabajo mancomunado siguiendo los protocolos establecidos. Hay que premiar esto, porque exhibimos tasas de mortalidad de países desarrollados a pesar de las carencias de hoy en día. Nada se compara con la vida de un niño”.
Tomado del reportaje:
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