La podredumbre cerebral fue presagiada hace casi 20 años cuando los científicos estudiaron los efectos de un nuevo invento llamado "correo electrónico", específicamente el impacto que un aluvión incesante de información tendría en los cerebros de los participantes. ¿Los resultados? La sobrecarga cognitiva constante tuvo un efecto más negativo que el consumo de cannabis, y el coeficiente intelectual de los participantes bajó una media de 10 puntos.
Y esto fue antes de que los teléfonos inteligentes llevaran Internet a nuestro alcance, lo que ha dado como resultado que el adulto promedio del Reino Unido ahora pase al menos cuatro horas al día en línea (con los hombres de la generación Z pasando cinco horas y media al día en línea, y las mujeres de la generación Z seis horas y media).
En los últimos años, una gran cantidad de investigaciones académicas de instituciones como la escuela de medicina de Harvard, la Universidad de Oxford y el King's College de Londres encontraron evidencia de que Internet está reduciendo nuestra materia gris, acortando la capacidad de atención, debilitando la memoria y distorsionando nuestros procesos cognitivos. Las áreas del cerebro que se encontraron afectadas incluyeron "capacidades atencionales, ya que el flujo en constante evolución de información en línea fomenta nuestra atención dividida a través de múltiples fuentes de medios", "procesos de memoria" y "cognición social".
Un artículo tras otro explica lo vulnerables que somos a la putrefacción cerebral inducida por Internet. "Los altos niveles de uso de Internet y la multitarea de los medios de comunicación se asocian con una disminución de la materia gris en las regiones prefrontales", concluye uno. Las personas con adicción a Internet muestran "cambios cerebrales estructurales" y "materia gris reducida". El exceso de tecnología durante los años de desarrollo del cerebro ha sido incluso mencionado por algunos académicos como un riesgo de "demencia digital".
En 2018, una década de datos analizados por destacados psicólogos de la memoria de la Universidad de Stanford descubrió que las personas que interactúan con frecuencia con múltiples plataformas en línea han reducido la memoria y la capacidad de atención.
Y, sin embargo, parece que estamos haciendo muy poco para detener la marea. Earl Miller, neurocientífico del MIT y experto mundial en atención dividida, advirtió en 2022 que ahora vivimos en "una tormenta perfecta de degradación cognitiva". La doctora Gloria Mark, profesora de informática en la Universidad de California y autora de Attention Span, ha encontrado pruebas de lo drásticamente que está disminuyendo nuestra capacidad de concentración. En 2004, su equipo de investigadores descubrió que la capacidad de atención promedio en cualquier pantalla era de dos minutos y medio. En 2012, fue de 75 segundos. Hace seis años, se redujo a 47 segundos. Esto "es algo que creo que debería preocuparnos mucho como sociedad", dijo en un podcast en 2023.
Pero no tenemos toda la culpa si la tecnología nos está haciendo menos inteligentes. Al fin y al cabo, fue diseñado para cautivarnos totalmente. La característica de diseño más sucia de Silicon Valley, que está en todas partes una vez que lo ves, es el desplazamiento infinito, comparado con el experimento del "tazón de sopa sin fondo", en el que los participantes seguirán comiendo sin pensar de un tazón de sopa si se sigue llenando. Un feed en línea que se "rellena" constantemente manipula el sistema de recompensa dopaminérgico del cerebro de manera similar. Estos poderosos bucles de "búsqueda" interminable impulsados por la dopamina pueden volverse adictivos.
¿Qué pasará si no controlamos el deterioro de nuestra salud cognitiva? El exexperto en ética del diseño de Google, Tristan Harris, dijo al Congreso de EE.UU. en 2019 que miles de millones de personas -"una huella psicológica del tamaño del cristianismo"- reciben ahora su información de plataformas cuyo modelo de negocio "vincula sus beneficios a la cantidad de atención que captan, creando una 'carrera hacia el fondo del tronco encefálico' para extraer la atención hackeando más abajo en nuestros cerebros de lagarto, en la dopamina, miedo, indignación, para ganar".
Sus advertencias son tan duras como parecen. "La tecnología persuasiva es una fuerza masivamente subestimada y poderosa que está dando forma al mundo", dijo. "Ha tomado el control de la pluma de la historia humana y nos llevará a la catástrofe si no lo recuperamos".
El término podredumbre cerebral fue popularizado en línea por los jóvenes, que son los que corren mayor riesgo de sufrir sus efectos. El hecho de que las personas que corren mayor riesgo sean las más conscientes del problema es una noticia alentadora. El primer paso hacia cualquier cambio es entender el problema. Y hay motivos para tener esperanza. En los últimos años, los movimientos antitecnología han ganado terreno, desde los adolescentes que recurren a los teléfonos tontos hasta las campañas por una infancia sin teléfonos inteligentes; brotes verdes para un futuro en el que seamos capaces de recuperar nuestras mentes. Así que tal vez haya un significado más conmovedor en Skibidi Toilet, después de todo: una conciencia de dónde se encuentra actualmente la inteligencia humana. Ahora puede ir en una de dos direcciones: hacia arriba o alrededor de la curva en U
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Siân Boyle es periodista independiente
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