EL KESTOMIX, VIDAS POR SALVAR
Para el doctor en Ciencias Enrique Rosendo Pérez Cruz, director del CIGB espirituano, el KestoMix —nombre comercial con el que se registró el Sirope FOS 55% por el Instituto Cubano de Investigaciones de los Derivados de la Caña de Azúcar (ICIDCA)—es fabricado en la Planta de Sorbitol bajo licencia de patente del CIGB.
Este es un sueño hecho realidad gracias al KestoZyme, una fructosiltransferasa de origen vegetal producida con alta pureza proteica y elevada actividad específica en el sobrenadante de la levadura Pichia pastoris. Esta enzima se elabora por el CIGB en forma de un polvo soluble altamente estable, de fácil empleo, y es una especie de “llave mágica” que permite la fabricación del suplemento dietético KestoMix.
“En nuestro centro —expuso— hay un saber hacer en la producción de enzimas para la obtención de los Fructooligosacáridos (FOS), y a sus especialistas les asiste la responsabilidad de articularlo con las entidades e instituciones ya citadas para que se produzca el KestoMix en mejores condiciones.
“La intención es introducir este suplemento dietético en el mercado nacional y comercializarlo a través de la red de farmacias sin necesidad de prescripción médica (receta), dado sus beneficios. Ese es el futuro, pero hoy pretendemos que esos grupos de riesgos, que son las personas con enfermedades gastrointestinales, puedan recibir las bondades del KestoMix”.
“En estos momentos —explicó— estamos demostrando que el producto cubano, con una composición diferente al obtenido en otros países, tiene efectos beneficiosos para combatir la enfermedad del hígado graso no alcohólico”.
Para confirmar esta certeza, en el 2019 el Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos, de Sancti Spíritus, de conjunto con el CIGB espirituano, inició el estudio clínico titulado Uso del KestoMix en pacientes con enfermedad por hígado graso asociado al metabolismo.
De acuerdo con la especialista de segundo grado en Gastroenterología Miriam Belkis Nápoles Valdés, al frente de dicho estudio, en la consulta de ese servicio médico se registra, desde hace varios años, un aumento de esta enfermedad que guarda relación con la obesidad y el síndrome metabólico por tener como denominador común la resistencia a la insulina.
“Es conocido —aseveró— lo dañino que pueden resultar los carbohidratos y, específicamente, los alimentos dulces porque traen consigo una disbiosis intestinal que altera la microbiota funcional.
“Para esta afección no existe una terapéutica y se aconseja seguir algunas pautas con la dieta, el ejercicio físico y la nutrición. Científicos en diversos países trabajan en el empleo de prebióticos para mejorar la microbiota intestinal, entre estos Cuba, y es precisamente el KestoMix el producto en estudio clínico en nuestro hospital”.
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