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Wednesday, March 12, 2025

Hace 50 o 70 años era difícil encontrar una mujer en etapa inicial del cancer de cuello, con un NIC 3 o un carcinoma in situ que tuviera 20, 22 o 26 años, pero en la actualidad es muy frecuente.

 ¿Cómo se las ingenia Heenry para ser decano de la Facultad de Ciencias Médicas, atender la consulta de patología de cuello y atender la familia?

Es complejo, a veces hasta a mí mismo me preocupa. Trato de ser lo más económico posible con los tiempos, no me gusta ser informal, pero en ocasiones me cuesta mucho trabajo por lo difícil que se tornan todas las tareas.

Foto: Karelia Álvarez Rosell

He tenido la suerte de contar con un buen acompañamiento de mis padres y mi actual familia: mi esposa y mis dos hijos, aunque son tres porque una no vive en el país; ellos me consumen un tiempo muy bonito y útil.

Trato de buscar un equilibrio y por fortuna las personas que se relacionan con la organización de mi tiempo me apoyan en gran medida; igual la Dirección de Salud Pública y mis compañeros en la Facultad, donde ya había formado un buen equipo de trabajo. Nos hemos insertado muy bien, eso facilita cumplir con las tareas.

En la consulta de Patología de cuello tengo una guerrera, una Mariana, Moraima, mi enfermera, con vasta experiencia y conocimiento, son casi 15 años trabajando juntos; con ella he aprendido tanto como en los libros y ojalá la tuviera al lado siempre.

A lo anterior se suma un esfuerzo personal significativo que merece el hecho de contribuir a la formación de las nuevas generaciones y seguir haciendo esas cosas que nos apasionan en la Medicina.

Entre mis metas están trasladar mis experiencias a los estudiantes y contribuir a que otros galenos también puedan avanzar, tanto en mi especialidad como en otros campos porque los admiro como profesionales, tuvieron mucho que ver con mi formación.

Un día, de una manera muy sana, me dije cuando le entregaban a un grupo de médicos el título de especialistas de II grado: ‘¿cuándo me lo darán a mí?’, a ellos los veía y todavía los sigo viendo como mis profesores paradigmas, pero me fui abriendo camino y hoy soy Doctor en Ciencias Biomédicas; sin embargo, los sigo mirando como mis profesores porque cada uno de mis logros tiene un pedacito de ellos.

Expresa el Doctor en Ciencias Biomédicas Heenry Luis Dávila Gómez, quien obtuvo el Premio Anual de Salud Pública 2024 en la categoría Tesis Doctoral durante el evento más prestigioso del sector y donde el ministro de Salud, José Ángel Portal Miranda, catalogó a los premiados como verdaderos paradigmas de la medicina cubana.

Es importante que se entienda el alcance de la investigación porque, aunque hace más de 200 años se realizan conizaciones, en aquel momento no tenía la importancia que tiene ahora debido al cúmulo de mujeres que tienen lesiones significativas en el cuello uterino sin haber completado la reproducción.

Hace 50 o 70 años era difícil encontrar una mujer en etapa inicial del cáncer de cuello, con un NIC 3 o un carcinoma in situ que tuviera 20, 22 o 26 años, pero en la actualidad es muy frecuente.

 Si nosotros consideramos que cada vez hay menos natalidad en Cuba y, por supuesto, en la Isla de la Juventud –en el 2024 tuvimos menos de 600 nacimientos–, nos damos cuenta de la importancia del cono, pues es una técnica quirúrgica demostrativa de curación.

De ahí que la tesis consistió en confeccionar dos modelos de predicción matemática, uno un poco más complejo que otro, pero ambos con una efectividad diagnóstica similar. Nos permite como médicos definir qué paciente tiene más probabilidades de beneficiarse de una u otra.

Cuando el cono no resulta es preciso hacer la histerectomía y una vez realizada la privas no solo de la posibilidad de tener hijos sino también de presentar cambios en el aparato ginecológico, predisposición a ciertas enfermedades en la adultez como las neurológicas degenerativas y las cardiopatías isquémicas, relacionadas con la menopausia precoz.

Además, hay un grupo de estas mujeres que sin duda su vida cambia en el orden personológico y familiar; algunas, incluso, ya no podrán incorporarse a la vida social y económica de alguna manera; tampoco podemos olvidar que la histerectomía es un proceder que lleva ingreso, mayores costos hospitalarios.

Tales modelos de predicción matemática posibilitan mejor precisión diagnóstica porque lo fundamental siempre será brindar la mejor opción terapéutica, sin comprometer la calidad de vida de la paciente, nuestra razón de ser.

No hay antecedente de una propuesta similar en Cuba, es la primera vez que se presenta para este tipo de enfermedad; además, las existentes a nivel mundial no se ajustan al contexto de cómo el Sistema de Salud cubano lleva el Programa Nacional de Patología de Cuello; de ahí que sea aplicable no solo en el país sino en otras regiones, sobre todo en aquellas en vías de desarrollo.

Siempre recuerdo a una paciente que cumple años el mismo día que yo, el 27 de octubre. Le hicimos un cono debido a un carcinoma microinfiltrante porque no era tributaria de la histerectomía, tiene un dispositivo electrónico cardiovascular y someterla a una cirugía era muy complejo; ella desde hace más de diez años se muestra sana, no tiene ninguna enfermedad residual y cada vez que tenemos consulta me da una inmensa satisfacción.

¿Siempre tuvo claro que se especializaría en Ginecología?

Foto: Karelia Álvarez Rosell

No, no. Al graduarme hice Medicina General Integral en el poblado La Victoria, allí fui médico tres años y lo recuerdo con alegría. Después comencé a estudiar Neurocirugía porque siempre me gustaron las especialidades quirúrgicas, pero por determinadas razones de la vida no continué, regresé al territorio y como también me gustaba la Ginecología
la inicié.

Esta es de las pocas que lo mezcla todo, lo mismo ves a una niña que una persona adulta, tiene un perfil clínico y quirúrgico; atiende los eventos más importantes de la vida de una persona como el nacimiento, aunque desafortunadamente en ocasiones acompañas la muerte, sobre todo con pacientes con cáncer. De hecho, mi examen estatal para hacerme médico fue en la especialidad de Ginecobstetricia.

No voy a decir que me alegro de no ser neurocirujano, pero sí de ser ginecólogo. Me he dado cuenta de que hice una buena selección, me apasiona mucho lo que hago, es una realidad y dentro de mi especialidad, a parte de la patología del tracto genital inferior, el tratamiento del cáncer es algo a lo que sí quisiera dedicarle mi vida profesional.

 Periódico Victoria12d

Expresa el Doctor en Ciencias Biomédicas Heenry Luis Dávila Gómez, quien obtuvo el Premio Anual de Salud Pública 2024 en la ...

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